La berenjena despertó en distintos lugares y épocas sentimientos contradictorios. Los romanos y habitantes del centro y norte Europeo, se resistieron durante siglos a sus encantos, debido a su afinidad con algunas plantas toxicas, como la mandrágora, la belladona…

Hoy esa mirada es con precaución por su tendencia a absorber la grasa durante su preparación. sin embargo, es una alimento con propiedades muy beneficiosas para la digestión de los ácidos grasos, la presión arterial, la salud de los riñones y la resistencia a enfermedades en general. Debido a ello forma parte de distintos platos en las cocinas tradicionales de Asia, Oriente medio, el norte de África y el sur de Europa.

Es una planta que se da bien en climas cálidos, secos y soleados, pertenece a la misma familia que el tomate, pimiento y patata, las Solanáceas, siendo también pariente del tabaco.

Su origen es del suroeste de la India, donde se consume desde hace 4000 años y donde se le conoce como Brinjal.

Beneficios:

Ademas de proteger el higado y aportar antioxidantes, es rica en fibra que ayuda a eliminar el colesterol de otros alimentos. Es digestiva y favorece el buen estado de la flora bacteriana, disminuyendo la consistencia de las heces.

Es apropiada para diabéticos porque contiene pocos hidratos de carbono, mucha fibra, que reduce la velocidad de absorción de los azucares de otros alimentos, y sustancias que ayudan a mantenerlo bajo control como la trigonelina.

Su mineral más abundante es el potasio y casi sin sodio, lo que favorece la eliminación de líquidos y reduce la presión arterial(siempre y cuando no se le añada demasiado sal al cocinarlo).

Esto facilita el trabajo del corazón y apoya la función eliminadora de los riñones.

La presencia de vitamina B6, B1 y magnesio refuerza el sistema nervioso mejorando el estado de animo. La vitamina B6 es recomendable durante el embarazo ya que ayuda a prevenir la diabetes gestacional y aliviar las nauseas.

Y ahora nos vamos a la cocina a preparar un rico plato para hoy 🙂

Vamos a necesitar:

  • 1 berenjena
  • nueces
  • 1 yogurt natural
  • albahaca fresca
  • salsa de soja
  • escamas de sal
  • y para acompañar:
  • Champiñones
  • ajo
  • perejil

Lavamos la berenjena, la cortamos por la mitad y le hacemos varios cortes transversales, las asamos en el horno unos 30 min a 200º.

Mientras preparamos la salsa de yogurt, que nos hará de base en el plato. Mezclamos todos los ingredientes( yogurt, albahaca fresca, salsa de soja).

Cuando estén casi listas las berenjenas, ponemos en una sartén el ajo y añadimos champiñones con un poco perejil por encima, salteamos y reservamos. Salteamos las nueces también.

Montamos plato: salsa de yogurt de base, encima la berenjena asada por encima los champiñones salteados y por ultimo las nueces y decoramos con hojas de albahaca fresca. ¡¡¡Que aproveche!!!

En breve una receta de pan para acompañar este plato 🙂

 

 

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